Decálogo del alcohólico en rehabilitación
Recomendaciones para la prevención del retorno a la bebida

No tomar ninguna clase de bebida alcohólica, incluida la cerveza «sin alcohol», como tampoco sustancias ni drogas de ningún tipo, aparte de la medicación prescrita por el médico, reducir el consumo de excitantes (café) y de tabaco y no jugar a juegos de azar o practicar actividades repetitivas de las que se pueda llegar a depender.

No acudir, por el solo hecho de «ir», a establecimientos donde exista la posibilidad de beber, evitando no sólo la participación en las rondas, sino incluso también su «contemplación» en los demás y su integración en grupos sociales de bebida

No menospreciar nunca la posibilidad de una recaída, que puede presentarse cuando más confiado se pueda sentir el titular; y por ello no probar a hacerse el fuerte frente a la bebida ni jugar con la rehabilitación mediante chantajes o amenazas a la familia con los que pretenda obtener una ventaja tramposa en la convivencia familiar.

No permanecer ocioso o inactivo durante mucho tiempo, debiendo ocuparse en actividades que redunden en beneficio propio y/o de la Asociación, y en caso de disponer de «tiempo muerto», recurrir a prácticas físicas o deportes, sobre todo en contacto con la naturaleza, u otras formas sanas de esparcimiento, porque no es necesario beber para divertirse.

No permanecer solitario. Comunicarse y dialogar con los compañeros de la Asociación o con la familia, especialmente ante la menor novedad o tentación que se tenga. Hacer nuevas amistades, al margen del círculo del alcohol.

Vaciarse cuanto antes, y de la forma más sincera y exhaustiva, de sus sentimientos de culpa respecto a las conductas anormales que haya podido protagonizar en el pasado o tenga en el presente como consecuencia de la bebida, tanto en el ámbito familiar como en el terapéutico de la Asociación.

Cumplir fielmente las normas de la Asociación:
- Acudir sistemáticamente a las terapias de grupo y participar en ellas en disposición de máxima sinceridad.
- Leer y repasar de forma cotidiana los Estatutos de la Asociación, así como este Decálogo de principios, o las lecturas que se indiquen al respecto.
- Atenerse rigurosamente a los demás compromisos, actividades y responsabilidades que implica la pertenencia a la Asociación, debiendo cumplimentar correctamente las hojas de auto-registro diario, semanal y mensual de incidencias que le prescriba el equipo terapéutico, así como cualquier otra indicación de control individual que se le proponga.

Resistir día a día los impulsos a beber, que pueden seguir presentándose durante algún tiempo, sobre todo ante situaciones problemáticas de la vida; y establecer una clara separación práctica entre la rehabilitación, que debe protegerse implacablemente, por encima de todo, y los demás problemas de la vida cotidiana, que deben situarse al Beber por problemas, ya no tendría justificación, aparte de que arruinaría la rehabilitación.

Asumir, con fe en su futura superación, las dificultades que se puedan presentar en la convivencia como incidencias normales de la vida, tanto si son consecuencias o secuelas de la enfermedad como si no lo son; y muy especialmente la preocupación y asimismo la vigilancia, la desconfianza e incluso los desquites que en el plano psicológico pueda necesitar la familia para equilibrar la dinámica de la convivencia respecto al pasado.

Ofrecer compensación, reparación y desagravio a cuantas personas pueda haberse dañado en el pasado, así como apoyo, confianza y estímulo a cualquier compañero al que se suponga en dificultades. La ayuda a los demás en este terreno es la mejor manera de ayudarse a sí mismo.
