Al final del túnel
El cuadro pretende expresar la vida de una persona día a día, en su proceso de rehabilitación.
Es la visión desde dentro de un túnel, lo que sería el final. Dentro de este túnel hay un camino y lo que empieza siendo un leve rayo de luz al fondo, se convierte al final en esta vista o vida; este es nuestro camino de rehabilitación.
Se nos representa un día cualquiera en la vida de una persona en proceso de rehabilitación de su adicción alcohólica, comienza con un amanecer, lleno de luz, pero a su lado unos nubarrones negros que transportan una ciudad totalmente negra sin luz o lo que es lo mismo muerta, esto es los acontecimientos diarios que no aceptamos y nos van a perjudicar sentimentalmente o incluso humanamente, esto en ningún momento nos tiene que hacer desistir en el camino de nuestra rehabilitación, sino darnos fuerza para afrontarlos. Instalarnos en esta ciudad sería caer en el victimismo, nos haría no afrontar nuestra propia realidad, en definitiva, nuestra vida.
Tenemos seguido un mar calmado, aunque a veces se altere un poco, con unos barquitos con nombres de sentimientos o herramientas que pondremos en práctica para crecer en nuestro proceso de rehabilitación, esto son las terapias que poco a poco van calando en nosotros.
En primer plano tenemos una ciudad llena de luz, de vida, totalmente blanca, transparente, representa nuestra familia, nuestro entorno, todo lo que la nueva vida nos da, superación, constancia, humildad, en definitiva, los conceptos aprendidos en las terapias, y que ya se han ido realizando poco a poco en nosotros.
Tenemos las decisiones que vamos a tener que tomar acertadas o no, representadas con los cruces de caminos.
Nuestras ilusiones, anhelos, trabajos y sueños están representados en los campos, unos con frutos ya germinados, otros para ser sembrados y todo esto alimentado y bañado por el río de la constancia y el esfuerzo.
Y por último está nuestro espacio, representado con un castillo en el monte donde podremos tener nuestros momentos de soledad o nuestro propio esparcimiento, pero con los caminos para poder volver a nuestra vida cotidiana.
El día termina con la llegada de la noche, pero una noche con luz, no oscura, presidida por una iluminada luna que a su vez ilumina, nuestra conciencia que nos recordará el balance diario de lo vivido.
Con la libertad de la rehabilitación tenemos la capacidad de decisión de volver al túnel ya que un camino vuelve a entrar en él.
Esta es la vida de una persona que sigue el proceso de la rehabilitación y consigue salir del túnel oscuro lleno de muchas decisiones, pero también indecisiones; sin embargo, al final, como podéis comprobar, nos aguarda una vida más clara y limpia, y sobre todo una vida en total LIBERTAD.
Raúl Goñi
